La boda de mi mejor amiga

De lentes gruesos, pecas por doquiera, voz gritona y risueña; china y delgada, pequeña engreída y cautiva; ojón a más no poder, escupiendo en cada palabra; así andaban los tres…
Era un tarde presurosa y densa, de emociones encontradas, el temor a la reacción de tanta felicidad albergada hasta ese momento en un parte de cartulina tejida. Entraba ella del brazo del padre, un velo largo ocultaba unos ojos bellos de emoción, unas pestañas largas escondían el miedo del altar, felicidad a explotar. Las pecas se borraron tras los años así como las decepciones del ayer, la búsqueda larga del amor platónico, de la felicidad soñada…las campanas sonaban, el canon pachelbel de fondo hacían largos los pasos de la entrada al altar, la novia más hermosa del mundo, el vestido más preciado y nuestras lagrimas mas eternas, y ahí te esperaba el en el altar, su mirada de mar, sus cortas y abreviadas palabras en español no daban a notar más que la felicidad de lo inesperado.
Nos encontrábamos unas cuantas filas más atrás, sintiendo remesones en nuestros corazones, esperando el yo te acepto, no pudiendo contener las caudalosas lagrimas que caían de nuestros ojos, era el momento más feliz de nuestras vidas…porque es como si hubiéramos estado en el altar, el cariño que siento hacia ti es grande y hermoso, tu felicidad es la nuestra, tu sueño de amor es el de nosotros, nos devolviste la ilusión de felicidad aquella palabra que muchas veces pensamos que no existía recuerdas? Tantas cosas vividas, tantos momentos, tantas risas, recuerdos, tristezas, peleas, nuestra amistad es milagrosa porque ha soportado muchos sismos y de altos grados, me siento muy feliz de que seas feliz…al terminar la boda escuche que tenias mucha suerte por haber encontrado a Andrew, pero yo me puse a pensar en algo, Andrew es muy bueno, y lo se porque Dios lo ha bendecido y para que Dios lo bendiga es porque es bueno, le ha dado una inmensa gracia: esa bendición eres tú. Te quiero mucho amiguita…